Znaleziono 65 Wyniki dla: Cuernos

  • Entonces los tres cuerpos del ejército tocaron los cuernos, y rompieron los cántaros; en la izquierda tenían las antorchas y en la derecha los cuernos para tocarlos; gritaban: «Espada por Yahveh y por Gedeón!» (Jueces 7, 20)

  • Mientras los trescientos tocaban los cuernos, Yahveh volvió la espada de cada uno contra su compañero por todo el campamento. La tropa huyó hasta Bet Hassittá, hacia Sartán, hasta la orilla de Abel Mejolá frente a Tabbat. (Jueces 7, 22)

  • David y toda la casa de Israel hacían subir el arca de Yahveh entre clamores y resonar de cuernos. (II Samuel 6, 15)

  • Adonías tuvo miedo de Salomón; se levantó y se fue y se agarró a los cuernos del altar. (I Reyes 1, 50)

  • Avisaron a Salomón: «Mira que Adonías tiene miedo del rey Salomón y se ha agarrado a los cuernos del altar diciendo: Que el rey Salomón me jure desde hoy que su servidor no morirá a espada.» (I Reyes 1, 51)

  • Llegó la noticia a Joab; como Joab se había inclinado por Adonías, aunque no se había inclinado por Absalón, se refugió Joab en la Tienda de Yahveh y se agarró a los cuernos del altar. (I Reyes 2, 28)

  • Sedecías, hijo de Kenaaná se había hecho unos cuernos de hierro y decía: «Así dice Yahveh: Con éstos acornearás a Aram hasta acabar con ellos.» (I Reyes 22, 11)

  • Todo Israel subía el arca de la alianza de Yahveh entre clamores y resonar de cuernos, trompetas y címbalos, y haciendo sonar los salterios y las cítaras. (I Crónicas 15, 28)

  • Juraron, pues, a Yahveh en alta voz, con gritos de júbilo y al son de las trompetas y cuernos. (II Crónicas 15, 14)

  • Sedecías, hijo de Kenaaná, se había hecho unos cuernos de hierro, y decía: «Así dice Yahveh: Con estos acornearás a Aram hasta acabar con ellos. (II Crónicas 18, 10)

  • sálvame de las fauces del león, y mi pobre ser de los cuernos de los búfalos! (Salmos 22, 22)

  • y más que un toro agradará a Yahveh, más que un novillo con cuernos y pezuñas. (Salmos 69, 32)


“O Santo Sacrifício da Missa é o sufrágio mais eficaz, que ultrapassa todas as orações, as boas obras e as penitências. Infalivelmente produz seu efeito para vantagem das almas por sua virtude própria e imediata.” São Padre Pio de Pietrelcina