Znaleziono 1287 Wyniki dla: �Este

  • Mirad qué ha producido entre vosotros esa tristeza según Dios: ¡qué interés y qué disculpas, qué enojo, qué temor, qué añoranza, qué celo, qué castigo! En todo habéis mostrado que erais inocentes en este asunto. (II Corintios 7, 11)

  • Eso es lo que nos ha consolado. Y mucho más que por este consuelo, nos hemos alegrado por el gozo de Tito, cuyo espíritu fue tranquilizado por todos vosotros. (II Corintios 7, 13)

  • En cuanto a este servicio en favor de los santos, me es superfluo escribiros. (II Corintios 9, 1)

  • No obstante, os envío a los hermanos para que nuestro motivo de gloria respecto de vosotros no se desvanezca en este particular y estéis preparados como os decía. (II Corintios 9, 3)

  • Experimentando este servicio, glorifican a Dios por vuestra obediencia en la profesión del Evangelio de Cristo y por la generosidad de vuestra comunión con ellos y con todos. (II Corintios 9, 13)

  • Y sé que este hombre - en el cuerpo o fuera del cuerpo del cuerpo no lo sé, Dios lo sabe - (II Corintios 12, 3)

  • Por este motivo tres veces rogué al Señor que se alejase de mí. (II Corintios 12, 8)

  • Pues ¿en qué habéis sido inferiores a las demás Iglesias, excepto en no haberos sido yo gravoso? ¡Perdonadme este agravio! (II Corintios 12, 13)

  • que se entregó a sí mismo por nuestros pecados, para librarnos de este mundo perverso, según la voluntad de nuestro Dios y Padre, (Gálatas 1, 4)

  • Pues toda la ley alcanza su plenitud en este solo precepto: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. (Gálatas 5, 14)

  • por encima de todo Principado, Potestad, Virtud, Dominación y de todo cuanto tiene nombre no sólo en este mundo sino también en el venidero. (Efesios 1, 21)

  • en los cuales vivisteis en otro tiempo según el proceder de este mundo, según el Príncipe del imperio del aire, el Espíritu que actúa en los rebeldes... (Efesios 2, 2)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina