Znaleziono 81 Wyniki dla: víctima

  • El hombre me dijo: "Las habitaciones del norte y del sur, que están frente al patio, son las habitaciones santas donde los sacerdotes que se acercan al Señor comerán las cosas santísimas. Allí se depositarán las cosa santísimas: la oblación, la víctima del sacrificio por el pecado y la del sacrificio de reparación, porque ese lugar es santo. (Ezequiel 42, 13)

  • El sacerdote tomará sangre de la víctima por el pecado y la pondrá sobre los postes de la puerta de la Casa, sobre los cuatro ángulos del zócalo del altar y sobre los postes de la puerta del atrio interior. (Ezequiel 45, 19)

  • Él me dijo: "Aquí está el lugar donde los sacerdotes harán hervir la víctima del sacrificio de reparación y del sacrificio por el pecado, y donde harán cocer la oblación, para que no se saque nada al atrio exterior, y así no quede santificado el pueblo". (Ezequiel 46, 20)

  • El primer día de la fiesta de los panes Ácimos, cuando se inmolaba la víctima pascual, los discípulos dijeron a Jesús: «¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la comida pascual?». (Marcos 14, 12)

  • Llegó el día de los Ácimos, en el que se debía inmolar la víctima pascual. (Lucas 22, 7)

  • Lo que no podía hacer la Ley, reducida a la impotencia por la carne, Dios lo hizo, enviando a su propio Hijo, en una carne semejante a la del pecado, y como víctima por el pecado. Así él condenó el pecado en la carne, (Romanos 8, 3)

  • Por lo tanto, hermanos, yo los exhorto por la misericordia de Dios a ofrecerse ustedes mismos como una víctima viva, santa y agradable a Dios: este es el culto espiritual que deben ofrecer. (Romanos 12, 1)

  • Él es la Víctima propiciatoria por nuestros pecados, y no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero. (I Juan 2, 2)

  • Y este amor no consiste en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó primero, y envió a su Hijo como víctima propiciatoria por nuestros pecados. (I Juan 4, 10)


“É doce o viver e o penar para trazer benefícios aos irmãos e para tantas almas que, vertiginosamente, desejam se justificar no mal, a despeito do Bem Supremo.” São Padre Pio de Pietrelcina