Znaleziono 222 Wyniki dla: pieles de animales

  • mientras que con el pecho y la pata derecha de los animales, hizo el gesto de presentación delante del Señor, como Moisés lo había ordenado. (Levítico 9, 21)

  • Pero se abstendrán de comer los siguientes animales, a pesar de que tienen la pezuña partida o son rumiantes: el camello, (Levítico 11, 4)

  • Ustedes no comerán la carne de estos animales ni tocarán sus cadáveres, sino que deberán considerarlos impuros. (Levítico 11, 8)

  • Entre los animales que viven en el agua, ya sea en el mar o en los ríos, ustedes podrán comer aquellos que tienen aletas y escamas. (Levítico 11, 9)

  • Pero podrán comer, entre los animales de esta clase, todos aquellos que tienen más largas las patas de atrás, y por eso pueden saltar sobre el suelo, (Levítico 11, 21)

  • A causa de estos animales, ustedes podrán incurrir en impureza. El que toque sus cadáveres, será impuro hasta la tarde. (Levítico 11, 24)

  • Asimismo, todos los animales que no tengan las pezuñas partidas y que no sean rumiantes, serán impuros para ustedes. El que los toque será impuro. (Levítico 11, 26)

  • Entre los animales pequeños que caminan arrastrándose por el suelo, serán impuros para ustedes los siguientes: el topo, el ratón y las diversas especies de lagartos; (Levítico 11, 29)

  • Ustedes deberán considerar impuros a todos estos animales pequeños. El que toque sus cadáveres, será impuro hasta la tarde. (Levítico 11, 31)

  • Todos los animales que se arrastran por el suelo son una cosa inmunda: no está permitido comerlos. (Levítico 11, 41)

  • No se contaminen ustedes mismos a causa de esos animales. No incurran en impureza a causa de ellos, para no quedar contaminados. (Levítico 11, 43)

  • Porque yo soy el Señor, su Dios, y ustedes tienen que santificarse y ser santos, porque yo soy santo. No incurran en impureza a causa de esos animales que se arrastran por el suelo. (Levítico 11, 44)


“Queira o dulcíssimo Jesus conservar-nos na Sua graça e dar-nos a felicidade de sermos admitidos, quando Ele quiser, no eterno convívio…” São Padre Pio de Pietrelcina