Znaleziono 969 Wyniki dla: pan

  • Pero los mensajeros regresaron con esta noticia: "Fuimos a ver a tu hermano Esaú, y ahora viene a tu encuentro acompañado de cuatrocientos hombres". (Génesis 32, 7)

  • Jacob sintió un gran temor y se llenó de angustia. Entonces dividió a la gente que lo acompañaba en dos grupos, y lo mismo hizo con las ovejas, las vacas y los camellos, (Génesis 32, 8)

  • Jacob alzó los ojos, y al ver que Esaú venía acompañado de cuatrocientos hombres, repartió a los niños entre Lía, Raquel y las dos esclavas. (Génesis 33, 1)

  • Esaú dijo entonces: "Permíteme al menos que ponga a tu disposición una parte de los hombres que me acompañan". "¿Para qué?", respondió Jacob. "Basta que seas benévolo conmigo". (Génesis 33, 15)

  • Cuando partieron, Dios hizo cundir el pánico entre las poblaciones vecinas, de manera que nadie persiguió a los hijos de Jacob. (Génesis 35, 5)

  • Así Jacob llegó a Luz -o sea, Betel- en la tierra de Canaán, junto con toda la gente que lo acompañaba. (Génesis 35, 6)

  • Mucho tiempo después, murió la esposa de Judá, la hija de Súa. Una vez concluido el duelo, Judá se dirigió hacia Timná en compañía de su amigo Jirá, el adulamita, porque allí esquilaban sus ovejas. (Génesis 38, 12)

  • Después de estos acontecimientos, el copero y el panadero del rey de Egipto ofendieron a su señor. (Génesis 40, 1)

  • El Faraón se irritó contra sus dos funcionarios -el copero mayor y el panadero mayor- (Génesis 40, 2)

  • Una vez, mientras estaban presos en la cárcel, el copero y el panadero del rey de Egipto tuvieron un sueño en el transcurso de una misma noche, cada sueño con su significado propio. (Génesis 40, 5)

  • El panadero mayor, al ver con qué acierto había interpretado el sueño, dijo a José: "Yo, por mi parte, soñé que tenía sobre mi cabeza tres canastas de mimbre. (Génesis 40, 16)

  • En la canasta más elevada, había de todos los productos de panadería que come el Faraón, y los pájaros comían de esa canasta que estaba encima de mi cabeza". (Génesis 40, 17)


“Você deve ter sempre prudência e amor. A prudência tem olhos; o amor tem pernas. O amor, como tem pernas, gostaria de correr a Deus. Mas seu impulso de deslanchar na direção dEle é cego e, algumas vezes, pode tropeçar se não for guiado pela prudência, que tem olhos.” São Padre Pio de Pietrelcina