Znaleziono 165 Wyniki dla: oído

  • El mismo Señor me ha dado una lengua de discípulo, para que yo sepa reconfortar al fatigado con una palabra de aliento. Cada mañana, él despierta mi oído para que yo escuche como un discípulo. (Isaías 50, 4)

  • El Señor abrió mi oído y yo no me resistí ni me volví atrás. (Isaías 50, 5)

  • así también él asombrará a muchas naciones, y ante él los reyes cerrarán la boca, porque verán lo que nunca se les había contado y comprenderán algo que nunca habían oído. (Isaías 52, 15)

  • ¿Quién creyó lo que nosotros hemos oído y a quién se le reveló el brazo del Señor? (Isaías 53, 1)

  • No, el Señor no es corto de mano para salvar ni duro de oído para escuchar: (Isaías 59, 1)

  • que nadie había escuchado jamás, ningún oído oyó, ningún ojo vio a otro Dios, fuera de ti, que hiciera tales cosas por los que esperan en él. (Isaías 64, 3)

  • Yo les daré una señal, y a algunos de sus sobrevivientes los enviaré a las naciones: a Tarsis, Put, Lud, Mésec, Ros, Tubal y Javán, a las costas lejanas que no han oído hablar de mí ni han visto mi gloria. Y ellos anunciarán mi gloria a las naciones. (Isaías 66, 19)

  • Pero ellos no escucharon ni inclinaron su oído, sino que se negaron obstinadamente a escuchar y aprender la lección. (Jeremías 17, 23)

  • Por eso, así habla el Señor: Pregunten entre las naciones: ¿Quién ha oído nada igual? Ha cometido la cosa más horrible la virgen de Israel. (Jeremías 18, 13)

  • Pero Jeremías dijo a los jefes y a todo el pueblo: "El Señor es el que me envió a profetizar contra esta Casa y contra esta ciudad todas las palabras que ustedes han oído. (Jeremías 26, 12)

  • Así habla el Señor: Hemos oído un grito de terror, ¡es el pánico y no la paz! (Jeremías 30, 5)

  • Les envié incansablemente a todos mis servidores los profetas, para decirles: Vuelvan de su mal camino, enmienden sus acciones, no vayan detrás de otros dioses para servirlos, y entonces habitarán en el suelo que yo les he dado, a ustedes y a sus padres. ¡Pero ustedes no han inclinado el oído ni me han escuchado! (Jeremías 35, 15)


“Feliz a alma que atinge o nível de perfeição que Deus deseja!” São Padre Pio de Pietrelcina