Znaleziono 89 Wyniki dla: huesos

  • Entonces dije: "No lo voy a mencionar, ni hablaré más en su Nombre". Pero había en mi corazón como un fuego abrasador, encerrado en mis huesos: me esforzaba por contenerlo, pero no podía. (Jeremías 20, 9)

  • A los profetas: Se me parte el corazón en el pecho, se aflojan todos mis huesos; soy como un hombre borracho, como un hombre vencido por el vino, a causa del Señor y a causa de sus santas palabras. (Jeremías 23, 9)

  • Israel era una oveja descarriada, ahuyentada por los leones. Primero la devoró el rey de Asiria, y ahora, últimamente, le quebró los huesos Nabucodonosor, rey de Babilonia. (Jeremías 50, 17)

  • Él envió un fuego desde lo alto, lo hizo bajar hasta mis huesos. Tendió una red a mis pies, me hizo retroceder. Me convirtió en una desolación, estoy siempre dolorida. (Lamentaciones 1, 13)

  • Él marchitó mi carne y mi piel, quebró todos mis huesos. (Lamentaciones 3, 4)

  • Su semblante se ha vuelto más oscuro que el hollín, no se los reconoce por las calles; tienen la piel pegada a los huesos, reseca como madera. (Lamentaciones 4, 8)

  • Y nosotros no hemos escuchado tu voz, que nos mandaba servir al rey de Babilonia; por eso, tú has cumplido la amenaza que habías pronunciado por medio de tus servidores, los profetas, a saber, que serían sacados de su sitio los huesos de nuestros reyes y los huesos de nuestros padres. (Baruc 2, 24)

  • Pondré los cadáveres de los israelitas delante de sus ídolos y dispersaré sus huesos alrededor de sus altares. (Ezequiel 6, 5)

  • Agrégale trozos de carne, los mejores trozos -la pata y la espalda-, llénala con los mejores huesos. (Ezequiel 24, 4)

  • Toma lo mejor del rebaño y amontona leña debajo de ella, para que hierva a borbotones y se cocinen hasta los huesos. (Ezequiel 24, 5)

  • Amontona la leña, enciende el fuego, cocina bien la carne, prepara el condimento, y que se consuman los huesos. (Ezequiel 24, 10)

  • La mano del Señor se posó sobre mí, y el Señor me sacó afuera por medio de su espíritu y me puso en el valle, que estaba lleno de huesos. (Ezequiel 37, 1)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina