Znaleziono 2004 Wyniki dla: hambre en Israel

  • Entonces Judá dijo a su padre Israel: "Envía al muchacho bajo mi responsabilidad, y ahora mismo nos pondremos en camino para poder sobrevivir. De lo contrario moriremos nosotros, tú y nuestros niños. (Génesis 43, 8)

  • Ya que tiene que ser así, continuó diciendo Israel, hagan lo siguiente: Pongan en sus equipajes los mejores productos del país, y regalen a aquel hombre un poco de bálsamo y un poco de miel, goma tragacanto, mirra, nueces y almendras. (Génesis 43, 11)

  • Porque ya hace dos años que hay hambre en esta región, y en los próximos cinco años tampoco se recogerán cosechas de los cultivos. (Génesis 45, 6)

  • Yo proveeré a tu subsistencia, porque el hambre durará todavía cinco años. De esa manera, ni tú ni tu familia ni nada de lo que te pertenece, pasarán necesidad’. (Génesis 45, 11)

  • Así lo hicieron los hijos de Israel. De acuerdo con la orden del Faraón, José les dio unos carros y les entregó provisiones para el camino. (Génesis 45, 21)

  • Israel exclamó: "Ya es suficiente. ¡Mi hijo José vive todavía! Tengo que ir a verlo antes de morir". (Génesis 45, 28)

  • Israel partió llevándose todos sus bienes. Cuando llegó a Berseba, ofreció sacrificios al Dios de su padre Isaac. (Génesis 46, 1)

  • Dios dijo a Israel en una visión nocturna: "¡Jacob, Jacob!". Él respondió: "Aquí estoy". (Génesis 46, 2)

  • Cuando Jacob salió de Berseba, los hijos de Israel hicieron subir a su padre, junto con sus hijos y sus mujeres, en los carros que el Faraón había enviado para trasladarlos. (Génesis 46, 5)

  • Los nombres de los hijos de Israel -o sea, Jacob y sus hijos- que emigraron a Egipto son los siguientes: Rubén el primogénito de Jacob, (Génesis 46, 8)

  • Israel hizo que Judá se le adelantara y fuera a ver a José, para anunciarle su llegada a Gosen. Cuando llegaron a la región de Gosen, (Génesis 46, 28)

  • José hizo enganchar su carruaje y subió hasta allí para encontrarse con su padre Israel. Apenas este apareció ante él, José lo estrechó entre sus brazos, y lloró un largo rato, abrazado a su padre. (Génesis 46, 29)


“A pessoa que nunca medita é como alguém que nunca se olha no espelho e, assim, não se cuida e sai desarrumada. A pessoa que medita e dirige seus pensamentos a Deus, que é o espelho de sua alma, procura conhecer seus defeitos, tenta corrigi-los, modera seus impulsos e põe em ordem sua consciência.” São Padre Pio de Pietrelcina