Znaleziono 27 Wyniki dla: derrota

  • Abías y su ejército les infligieron una gran derrota, y cayeron quinientos mil hombres escogidos de Israel. (II Crónicas 13, 17)

  • Entonces el Señor, su Dios, lo entregó en manos del rey de los arameos. Estos lo derrotaron y capturaron gran cantidad de prisioneros que fueron llevados a Damasco. También fue entregado en manos del rey de Israel, que le infligió una gran derrota: (II Crónicas 28, 5)

  • Pero ahora, para que mi señor no sufra una derrota y un fracaso, y para que la muerte caiga sobre ellos, han incurrido en un pecado con el que provocarán la ira de su Dios apenas cometan ese desatino. (Judit 11, 11)

  • Que sufran una derrota humillante los que intentan quitarme la vida; que vuelvan la espalda confundidos los que traman mi perdición. (Salmos 35, 4)

  • Que sufran una derrota humillante los que se alegran de mi desgracia; que se cubran de confusión y de vergüenza los que se envalentonan contra mí. (Salmos 35, 26)

  • porque me has librado de todos mis adversarios y he visto la derrota de mis enemigos. (Salmos 54, 9)

  • él vendrá a mi encuentro con su gracia y me hará ver la derrota de mis enemigos. (Salmos 59, 11)

  • él hirió al enemigo con la espada, le infligió una derrota completa. (Salmos 78, 66)

  • Mis ojos han desafiado a mis calumniadores, mis oídos han escuchado la derrota de los malvados. (Salmos 92, 12)

  • Su ánimo está seguro, y no temerá, hasta que vea la derrota de sus enemigos. (Salmos 112, 8)

  • Infúndeles miedo, quiebra la audacia que les da su fuerza y que se conmuevan por su derrota. (I Macabeos 4, 32)

  • Al ver la derrota sufrida por sus tropas y la intrepidez de los soldados de Judas, que estaban resueltos a vivir o a morir heroicamente, Lisias volvió a Antioquía, donde reclutó mercenarios con la intención de regresar a Judea con fuerzas más numerosas. (I Macabeos 4, 35)


“O temor e a confiança devem dar as mãos e proceder como irmãos. Se nos damos conta de que temos muito temor devemos recorrer à confiança. Se confiamos excessivamente devemos ter um pouco de temor”. São Padre Pio de Pietrelcina