Znaleziono 65 Wyniki dla: clamor público

  • ¡Mis entrañas, mis entrañas! ¡Me retuerzo de dolor! ¡Las fibras de mi corazón! ¡Mi corazón se conmueve dentro de mí, no puedo callarme! Porque oigo el sonido de la trompeta, el clamor del combate. (Jeremías 4, 19)

  • Judá está de duelo y sus puertas desfallecen; están lúgubres, aterradas, y se eleva el clamor de Jerusalén. (Jeremías 14, 2)

  • ¡Que se oiga el clamor que sale de sus casas, cuando mandes de repente salteadores contra ellos! Porque han cavado una fosa para atraparme y han ocultado trampas bajo mis pies. (Jeremías 18, 22)

  • ¡Escuchen el clamor de los pastores, el gemido de los encargados del rebaño, porque el Señor devasta sus pastizales, (Jeremías 25, 36)

  • Oigan el clamor de Joronaim: ¡devastación y desastre total! (Jeremías 48, 3)

  • El clamor de Jesbón llega hasta Elealé; alzan la voz hasta Iahás, desde Soar hasta Joronaim y Eglat Selisiá. Porque hasta las aguas de Nimrim son una desolación. (Jeremías 48, 34)

  • ¡Oigan! Un clamor sale de Babilonia, un gran estruendo del país de los caldeos. (Jeremías 51, 54)

  • Ellos harán oír su clamor a causa de ti, y gritarán amargamente. Se cubrirán la cabeza de polvo y se revolcarán en la ceniza. (Ezequiel 27, 30)

  • Aquel día -oráculo del Señor- se oirá un clamor desde la puerta de los Peces, un alarido desde la Ciudad nueva y un gran estruendo desde las colinas. (Sofonías 1, 10)

  • ¡Está cerca el gran Día del Señor! ¡Está cerca y llega rápidamente! ¡Qué amargo es el clamor del Día del Señor! ¡Hasta el valeroso lanza un grito estridente! (Sofonías 1, 14)

  • El día en que Herodes festejaba su cumpleaños, la hija de Herodías bailó en público, y le agradó tanto a Herodes (Mateo 14, 6)

  • Por eso él no se mostraba más en público entre los judíos, sino que fue a una región próxima al desierto, a una ciudad llamada Efraín, y allí permaneció con sus discípulos. (Juan 11, 54)


“Por que a tentação passada deixa na alma uma certa perturbação? perguntou um penitente a Padre Pio. Ele respondeu: “Você já presenciou um tremor de terra? Quando tudo estremece a sua volta, você também é sacudido; no entanto, não necessariamente fica enterrado nos destroços!” São Padre Pio de Pietrelcina