Znaleziono 79 Wyniki dla: apareció
el Señor se le apareció por segunda vez, como se le había aparecido en Gabaón, (I Reyes 9, 2)
Aquella misma noche, Dios se apareció a Salomón y le dijo: "Pídeme lo que quieras". (II Crónicas 1, 7)
Entonces el Señor se apareció a Salomón durante la noche y le dijo: "He oído tu oración y me he elegido este lugar como Templo para los sacrificios. (II Crónicas 7, 12)
Cuando apareció Judit delante de él y de sus oficiales, todos quedaron maravillados por la hermosura de su rostro: ella se postró con el rostro en tierra, pero los servidores de Holofernes la levantaron. (Judit 10, 23)
Ya apareció tu cortejo, Señor, el cortejo de mi Rey y mi Dios hacia el Santuario: (Salmos 68, 25)
Fue entonces cuando apareció en Israel un grupo de renegados que sedujeron a muchos, diciendo: "Hagamos una alianza con las naciones vecinas, porque desde que nos separamos de ellas, nos han sobrevenido muchos males". (I Macabeos 1, 11)
Al rayar el alba, Judas apareció en la llanura con tres mil hombres, pero estos no disponían de las armaduras ni de las espadas que hubieran deseado. (I Macabeos 4, 6)
"Cuando los enviados del rey blasfemaron, apareció tu Ángel y exterminó a ciento ochenta y cinco mil de ellos. (I Macabeos 7, 41)
Estando a punto de celebrar -el día veinticinco de Quisleu- la purificación del Templo, nos ha parecido conveniente informarles para que también ustedes celebren la fiesta de las Chozas y la del Fuego, el fuego que apareció cuando Nehemías, después de haber reconstruido el Templo y el altar, ofreció sacrificios. (II Macabeos 1, 18)
Entonces el Señor pondrá todo de manifiesto, y aparecerá la gloria del Señor y la nube, como apareció en tiempos de Moisés y cuando Salomón oró para que el Santuario fuera solemnemente consagrado". (II Macabeos 2, 8)
Porque se les apareció un caballo montado por un temible jinete y ricamente enjaezado, el cual, arrojándose con ímpetu, levantó contra Heliodoro sus cascos delanteros. El jinete aparecía cubierto con una armadura de oro. (II Macabeos 3, 25)
y, cuando todavía estaban cerca de Jerusalén, apareció al frente de ellos un jinete con vestiduras blancas y esgrimiendo armas de oro. (II Macabeos 11, 8)