Znaleziono 277 Wyniki dla: Rostro

  • La mujer se presentó ante el rey y, postrándose con el rostro en tierra, exclamó: "¡Auxilio, rey!". (II Samuel 14, 4)

  • Joab cayó con el rostro en tierra, bendijo al rey y dijo: "Rey, mi señor, ahora sé que cuento con tu favor, porque has accedido a mi demanda". (II Samuel 14, 22)

  • Joab fue a ver al rey y le llevó la noticia. Entonces el rey llamó a Absalón. Este se presentó ante él, se postró con el rostro en tierra, y el rey lo abrazó. (II Samuel 14, 33)

  • Cuando Ajimáas se acercó, dijo al rey: "¡Paz!". Y postrándose ante el rey con el rostro en tierra, añadió: "¡Bendito sea el Señor, tu Dios, que ha reprimido a los hombres que alzaron su mano contra el rey, mi señor!". (II Samuel 18, 28)

  • Mientras tanto, el rey se había cubierto el rostro y gritaba: "¡Absalón, hijo mío! ¡Absalón, hijo mío, hijo mío!". (II Samuel 19, 5)

  • Joab fue adentro a ver al rey y le dijo: "¡Hoy has cubierto de oprobio el rostro de tus servidores, esos que hoy han salvado tu vida y la vida de tus hijos y tus hijas, de tus mujeres y concubinas! (II Samuel 19, 6)

  • Arauná miró y vio al rey y a sus servidores que se dirigían hacia él. Entonces salió, se postró ante el rey con el rostro en tierra, (II Samuel 24, 20)

  • Le anunciaron al rey: "Está aquí el profeta Natán". Él se presentó al rey y se postró delante de él con el rostro en tierra. (I Reyes 1, 23)

  • Betsabé se inclinó con el rostro en tierra y se postró delante del rey. Luego exclamó: "¡Viva para siempre mi señor el rey David!". (I Reyes 1, 31)

  • No obstante, Señor, Dios mío, vuelve tu rostro hacia la oración y la súplica de tu servidor, y escucha el clamor y la oración que te dirige hoy tu servidor. (I Reyes 8, 28)

  • Entonces el rey tomó la palabra y dijo al hombre de Dios: "Aplaca, por favor, el rostro del Señor, tu Dios, y ruega por mí, para que pueda doblar mi brazo". El hombre de Dios aplacó el rostro del Señor, y el rey pudo doblar el brazo como antes. (I Reyes 13, 6)

  • Mientras Abdías iba por el camino, le salió al encuentro Elías. Apenas lo reconoció, cayó con el rostro en tierra y dijo: "¿Eres tú, Elías, mi señor?". (I Reyes 18, 7)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina