Znaleziono 25 Wyniki dla: Asia

  • También habían vencido a Antíoco el Grande, rey de Asia, que les había hecho la guerra con ciento veinte elefantes, con caballos, carros y un ejército muy numeroso: (I Macabeos 8, 6)

  • Después entró en Antioquía y se ciñó la corona de Asia, poniendo así sobre su frente dos coronas, la de Egipto y la de Asia. (I Macabeos 11, 13)

  • Mientras tanto, Trifón aspiraba a reinar sobre Asia y a ceñirse la corona, eliminando al rey Antíoco. (I Macabeos 12, 39)

  • Ocupó su trono y se ciñó la corona de Asia, causando grandes estragos en el país. (I Macabeos 13, 32)

  • hasta tal punto que Seleuco, rey de Asia, mantenía con sus propios recursos todas las expensas para la celebración de los sacrificios. (II Macabeos 3, 3)

  • Timoteo, que ya antes había sido derrotado por los judíos, después de reclutar numerosas tropas extranjeras y de reunir una considerable cantidad de caballos traídos de Asia, se presentó con la intención de conquistar Judea por las armas. (II Macabeos 10, 24)

  • Partos, medos y elamitas, los que habitamos en la Mesopotamia o en la misma Judea, en Capadocia, en el Ponto y en Asia Menor, (Hechos 2, 9)

  • Algunos miembros de la sinagoga llamada «de los Libertos», como también otros, originarios de Cirene, de Alejandría, de Cilicia y de la provincia de Asia, se presentaron para discutir con él. (Hechos 6, 9)

  • Como el Espíritu Santo les había impedido anunciar la Palabra en la provincia de Asia, atravesaron Frigia y la región de Galacia. (Hechos 16, 6)

  • Así lo hizo durante dos años, de modo que todos los habitantes de la provincia de Asia, judíos y paganos, tuvieron ocasión de escuchar la Palabra del Señor. (Hechos 19, 10)

  • Envió a Macedonia a dos de sus colaboradores, Timoteo y Erasto, y él permaneció en Asia un tiempo más. (Hechos 19, 22)

  • Pero ahora ustedes mismos ven y oyen que no solamente en Éfeso, sino también en casi toda la provincia de Asia, ese Pablo ha conquistado y seducido a mucha gente, pretendiendo que los dioses fabricados por mano de hombre no son dioses. (Hechos 19, 26)


“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina