Znaleziono 2344 Wyniki dla: todo es vanidad

  • Porque todo lo que Dios ha creado es bueno y no hay por qué rechazar un alimento que se toma dando gracias a Dios; (1º Carta a Timoteo 4, 4)

  • Los presbíteros que son buenos dirigentes recibirán doble honor y remuneración, sobre todo los que llevan el peso de la predicación y de la enseñanza. (1º Carta a Timoteo 5, 17)

  • Pero tú, hombre de Dios, huye de todo eso. Procura ser religioso y justo. Vive con fe y amor, constancia y bondad. (1º Carta a Timoteo 6, 11)

  • guarda el mandato, presérvalo de todo lo que pueda mancharlo o adulterarlo hasta la venida gloriosa de Cristo Jesús, nuestro Señor. (1º Carta a Timoteo 6, 14)

  • Exige a los ricos que no sean arrogantes ni confíen en las riquezas, que son siempre inseguras; que más bien confíen en Dios, que nos proporciona todo generosamente para que lo disfrutemos. (1º Carta a Timoteo 6, 17)

  • seguramente el Señor hará que lo comprendas todo. (2º Carta a Timoteo 2, 7)

  • Por eso lo soporto todo por el bien de los elegidos, para que también ellos alcancen la salvación que se nos dio en Cristo Jesús y participen de la gloria eterna. (2º Carta a Timoteo 2, 10)

  • A pesar de todo no se hunden los sólidos cimientos puestos por Dios, en los cuales está inscrito: El Señor conoce a los suyos, y: Aléjese de la maldad el que invoca el nombre del Señor. (2º Carta a Timoteo 2, 19)

  • Así el hombre de Dios se hace un experto y queda preparado para todo trabajo bueno. (2º Carta a Timoteo 3, 17)

  • Cuando vengas, tráeme la capa que dejé en Tróade, en casa de Carpo, y también los libros, sobre todo los pergaminos. (2º Carta a Timoteo 4, 13)

  • El Señor me librará de todo mal y me salvará, llevándome a su reino celestial. A él la gloria por los siglos de los siglos. Amén. (2º Carta a Timoteo 4, 18)

  • Haz todo lo posible por venir antes del invierno. Te saludan Eúbulo, Pudente, Lino, Claudia y todos los hermanos. El Señor sea contigo. (2º Carta a Timoteo 4, 21)


“O santo silêncio nos permite ouvir mais claramente a voz de Deus”. São Padre Pio de Pietrelcina