Znaleziono 129 Wyniki dla: saco

  • Le puso el remedio, esperó y luego con las dos manos sacó las escamas de los ojos. (Tobías 11, 12)

  • Ya ves lo que hizo Nadab con Ajikar, que lo había criado: lo enterró vivo, pero Dios castigó su injusticia. Sacó a Ajikar a la luz y a Nadab lo bajó a las tinieblas eternas por haber intentado matarlo. Ajikar, por dar limosna, se libró de la muerte tramada por Nadab; en cambio, éste cayó en la trampa y pereció. (Tobías 14, 10)

  • Los hombres, sus esposas, sus hijos, sus ganados, los forasteros, los jornaleros y los esclavos se pusieron saco sobre sus cuerpos. (Judit 4, 10)

  • Cubrieron el altar de saco, y todos a una voz pidieron al Dios de Israel que no permitiera arrebatar a sus hijos y esposas, destruir sus ciudades y profanar su Templo. (Judit 4, 12)

  • Joaquín, jefe de los sacerdotes, los sacerdotes y ministros del Señor, vestidos de saco, ofrecían el sacrificio perpetuo, (Judit 4, 14)

  • Judit se arrodilló con el rostro inclinado, puso ceniza sobre su cabeza y dejó ver el saco que tenía puesto. Era precisamente a la misma hora en que se ofrecía en la Casa de Dios de Jerusalén el incienso de la tarde. Y dirigió su voz al Señor, diciendo: (Judit 9, 1)

  • Se quitó el saco que vestía y, después de bañada, cambió sus vestidos de viuda por los de fiesta, que usaba cuando vivía su esposo Manasés; se echó perfumes, se peinó y se adornó la cabeza con una cinta; (Judit 10, 3)

  • Entonces sacó de la bolsa la cabeza de Holofernes y la mostró: «Aquí tienen la cabeza de Holofernes, general en jefe del ejército asirio, y éstas son las cortinas de su cama. El Señor lo mató por la mano de una mujer. (Judit 13, 15)

  • Se sacó sus vestidos de viuda para reanimar a los afligidos de Israel; adornó su rostro, (Judit 16, 7)

  • El rey se sacó el anillo de su mano y se lo entregó a Amán, el perseguidor de los judíos, con estas palabras: «¡Quédate con tu plata! (Ester 3, 10)

  • Apenas supo Mardoqueo lo que estaba pasando, rasgó su traje, se puso un saco y se echó ceniza en la cabeza. Luego salió a recorrer la ciudad, lanzando gritos desgarradores. (Ester 4, 1)

  • De igual manera, apenas se conoció en las provincias el edicto real, todo era entre los judíos duelo, ayuno, lágrimas y lamentos. Muchos dormían vestidos de saco y en medio de la ceniza. (Ester 4, 3)


“Comunguemos com santo temor e com grande amor.” São Padre Pio de Pietrelcina