Znaleziono 436 Wyniki dla: pasión de Cristo

  • Siendo hijos, son también herederos; la herencia de Dios será nuestra y la compartiremos con Cristo. Y si hemos sufrido con él, estaremos con él también en la Gloria. (Carta a los Romanos 8, 17)

  • ¿Quién los condenará? ¿Acaso será Cristo, el que murió y, más aún, resucitó y está a la derecha de Dios intercediendo por nosotros? (Carta a los Romanos 8, 34)

  • ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Acaso las pruebas, la aflicción, la persecución, el hambre, la falta de todo, los peligros o la espada? (Carta a los Romanos 8, 35)

  • ya sean del cielo o de los abismos, ni ninguna otra criatura podrán apartarnos del amor de Dios, manifestado en Cristo Jesús, nuestro Señor. (Carta a los Romanos 8, 39)

  • Quiero hablarles en Cristo; todo será verdad y no miento, tal como mi conciencia me lo atestigua en el Espíritu Santo. (Carta a los Romanos 9, 1)

  • hasta el punto que desearía ser rechazado y alejado de Cristo en lugar de mis hermanos; me refiero a los de mi raza. (Carta a los Romanos 9, 3)

  • Suyos son los grandes antepasados, y Cristo es uno de ellos según la carne, el que como Dios está también por encima de todo. ¡Bendito sea por todos los siglos: Amén! (Carta a los Romanos 9, 5)

  • Porque la Ley lleva a Cristo, y es entonces cuando por la fe se llega a ser justo. (Carta a los Romanos 10, 4)

  • Pero hay otra justicia que es fruto de la fe, y dice así: No digas en tu corazón: ¿quién subirá al cielo? (era una manera de decir que Cristo bajaría de allí). (Carta a los Romanos 10, 6)

  • Y luego: ¿Quién bajará al abismo? (es una manera de decir que Cristo subiría de entre los muertos). (Carta a los Romanos 10, 7)

  • Así también nosotros formamos un solo cuerpo en Cristo. Dependemos unos de otros (Carta a los Romanos 12, 5)

  • Por esta razón Cristo experimentó la muerte y la vida, para ser Señor de los muertos y de los que viven. (Carta a los Romanos 14, 9)


“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina