Znaleziono 273 Wyniki dla: ovejas y vacas de Abraham

  • A la hora en que se hacen los sacrificios, la tarde, se acercó el profeta Elías y oró así: «Yavé, Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, que se sepa hoy que tú eres Dios en Israel y que yo soy tu servidor y que por orden tuya he hecho todas estas cosas. (1 Reyes 18, 36)

  • Mesa, rey de Moab, tenía rebaños de ovejas y pagaba al rey de Israel cien mil corderos y cien mil carneros con su lana, (2 Reyes 3, 4)

  • Le replicó Eliseo: «¿No te acompañaba mi espíritu cuando un hombre saltó de su carro para venir a tu encuentro? Ahora bien, tú has recibido plata y puedes comprar olivares, viñas, ovejas, bueyes, siervos y siervas. (2 Reyes 5, 26)

  • Pero Yavé tuvo piedad y se compadeció de ellos, volviéndose propicio a ellos, a causa de la Alianza con Abraham, Isaac y Jacob, y no quiso destruirlos totalmente ni echarlos lejos de su rostro. (2 Reyes 13, 23)

  • Abram, o sea Abraham. (1 Crónicas 1, 27)

  • Hijos de Abraham: Isaac e Ismael. (1 Crónicas 1, 28)

  • Yetur, Nafis y Quedmá. Estos son los hijos de Ismael. Hijos de Queturá, concubina de Abraham. Dio a luz a Zimrán, Jocsán, Medán, Madián, Jisbaq y Súaj. (1 Crónicas 1, 31)

  • Abraham engendró a Isaac. Hijos de Isaac: Esaú e Israel. (1 Crónicas 1, 34)

  • Capturaron sus ganados: sus camellos, en número de 50.000, 250.000 ovejas, 2.000 burros y 100.000 personas, pues (1 Crónicas 5, 21)

  • El pacto conseguido con Abraham, el juramento que hizo a Isaac. (1 Crónicas 16, 16)

  • Di, pues, ahora, esto a mi siervo David: Así habla Yavé Sebaot: Yo te saqué de detrás de las ovejas para que fueras jefe de mi pueblo Israel, (1 Crónicas 17, 7)

  • Y David dijo a Yavé: «Yo fui quien ordenó hacer el censo del pueblo. Yo fui quien pequé; yo cometí el mal; pero estas ovejas ¿qué culpa tienen? Oh Yavé, Dios mío, caiga tu mano sobre mí, y sobre la familia de mi padre, pero que no haya plaga en tu pueblo.» (1 Crónicas 21, 17)


“O Senhor sempre orienta e chama; mas não se quer segui-lo e responder-lhe, pois só se vê os próprios interesses. Às vezes, pelo fato de se ouvir sempre a Sua voz, ninguém mais se apercebe dela; mas o Senhor ilumina e chama. São os homens que se colocam na posição de não conseguir mais escutar.” São Padre Pio de Pietrelcina