Znaleziono 19 Wyniki dla: observan

  • Pero me muestro favorable hasta mil generaciones con los que me aman y observan mis mandamientos. (Exodo 20, 6)

  • Si ponen mis leyes en práctica y observan mis mandamientos, vivirán seguros en esta tierra. (Levítico 25, 18)

  • Hasta el día de hoy observan sus antiguas costumbres. En cuanto a los israelitas que han permanecido en Samaria, no honran a Yavé y no siguen sus preceptos y sus costumbres, según la Ley y los mandamientos que ha mandado a los hijos de Jacob, al que dio el nombre de Israel. (2 Reyes 17, 34)

  • Pues sus ojos vigilan los caminos del hombre, y observan todos sus pasos, (Job 34, 21)

  • Dichosos los que observan sus testimonios y lo buscan de todo corazón, (Salmos 119, 2)

  • Me he aliado con todos los que te temen y que observan tus ordenanzas. (Salmos 119, 63)

  • Los ojos de Yavé están en cualquier lugar, observan a los malos y a los buenos. (Proverbios 15, 3)

  • Los que abandonaron la ley aplauden al malvado, los que observan la Ley se indignan contra él. (Proverbios 28, 4)

  • Si algo sucede y te dicen: "¡Mira, esto es nuevo!" no es así; las cosas que observan nuestros ojos ya pasaron en los siglos anteriores. (Eclesiastés (Qohelet) 1, 10)

  • Porque los que observan santamente las leyes santas se harán santos y los que las hayan profundizado encontrarán en ellas su defensa. (Sabiduría 6, 10)

  • ¡Sólo teme la mirada de los hombres, olvidándose de los ojos del Señor que son mil veces más luminosos que el sol, que observan todas nuestras acciones y que penetran hasta en los lugares más secretos! (Sirácides (Eclesiástico) 23, 19)

  • Te cansas con tantos consejos. Que se presenten y que te salven los que describen los cielos y observan las estrellas, y te dan a conocer, cada mes, lo que te sucederá. (Isaías 47, 13)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina