Znaleziono 539 Wyniki dla: maná del cielo

  • Al vencedor lo pondré como columna en el Templo de mi Dios, de donde nadie lo sacará. Grabaré en él el nombre de mi Dios, el nombre de la ciudad que baja del cielo, la nueva Jerusalén que viene de Dios, y mi nombre nuevo. (Apocalipsis 3, 12)

  • Después de esto miré. Vi una puerta abierta en el cielo y la voz que antes había oído semejante a una trompeta me decía: «Sube aquí y te mostraré lo que va a suceder en seguida.» (Apocalipsis 4, 1)

  • En ese mismo momento me tomó el Espíritu: vi un trono colocado en el cielo, y uno sentado en el trono. (Apocalipsis 4, 2)

  • Y no se encontró a nadie, ni en el cielo, ni en la tierra, ni en el mundo de abajo, que fuera capaz de abrir el libro y de leerlo. (Apocalipsis 5, 3)

  • Y les respondían todas las criaturas del cielo, de la tierra, del mar y del mundo de abajo. Oí que decían: Al que está sentado en el trono y al Cordero, la alabanza, el honor, la gloria y el poder por los siglos de los siglos. (Apocalipsis 5, 13)

  • y las estrellas del cielo cayeron a la tierra como una higuera deja caer sus higos verdes al ser agitada por el huracán. (Apocalipsis 6, 13)

  • El cielo se replegó como un pergamino que se enrolla y no quedó cordillera o continente que no fueran arrancados de su lugar. (Apocalipsis 6, 14)

  • Cuando el Cordero abrió el séptimo sello, se produjo en el Cielo un silencio como de media hora. (Apocalipsis 8, 1)

  • Tocó el tercer ángel su trompeta, y una estrella grande, que parecía un globo de fuego, cayó del cielo sobre la tercera parte de los ríos y de los manantiales de agua. (Apocalipsis 8, 10)

  • Y mi visión continuó: oí a un águila que volaba por lo más alto del cielo y que decía con voz potente: «¡Ay, ay, ay de los habitantes de la tierra cuando resuene el sonido de las trompetas que los tres últimos ángeles van a tocar!» (Apocalipsis 8, 13)

  • Y tocó el quinto ángel. Vi entonces una estrella que había caído del cielo a la tierra. Le fue entregada la llave del pozo del abismo. (Apocalipsis 9, 1)

  • Vi después a otro ángel formidable que bajaba del cielo envuelto en una nube; el arco iris rodeaba su cabeza, su cara era como el sol y sus piernas como columnas de fuego. (Apocalipsis 10, 1)


“Não se fixe voluntariamente naquilo que o inimigo da alma lhe apresenta.” São Padre Pio de Pietrelcina