Znaleziono 2001 Wyniki dla: lista de hijos de Senaá
Jesús, volviéndose hacia ellas, les dijo: «Hijas de Jerusalén, no lloren por mí. Lloren más bien por ustedes mismas y por sus hijos. (Evangelio según San Lucas 23, 28)
Porque llegarán días en que se dirá: «Felices las mujeres que no tienen hijos. Felices las que no dieron a luz ni amamantaron.» (Evangelio según San Lucas 23, 29)
pero a todos los que lo recibieron les dio capacidad para ser hijos de Dios. Al creer en su Nombre (Evangelio según San Juan 1, 12)
Nuestro antepasado Jacob nos dio este pozo, del cual bebió él, sus hijos y sus animales; ¿eres acaso más grande que él?» (Evangelio según San Juan 4, 12)
Ellos le cortaron la palabra: «Nuestro padre es Abrahán.» Entonces Jesús les dijo: «Si ustedes fueran hijos de Abrahán, actuarían como Abrahán. (Evangelio según San Juan 8, 39)
Ustedes actúan como hizo el padre de ustedes.» Los judíos le dijeron: «Nosotros no somos hijos ilegítimos, no tenemos más que un solo padre: Dios.» (Evangelio según San Juan 8, 41)
y no sólo por la nación, sino también para reunir a los hijos de Dios que estaban dispersos. (Evangelio según San Juan 11, 52)
Mientras tengan la luz, crean en la luz y serán hijos de la luz.» Así habló Jesús; después se fue y ya no se dejó ver más. (Evangelio según San Juan 12, 36)
Hijos míos, yo estaré con ustedes por muy poco tiempo. Me buscarán, y como ya dije a los judíos, ahora se lo digo a ustedes: donde yo voy, ustedes no pueden venir. (Evangelio según San Juan 13, 33)
Estaban reunidos Simón Pedro, Tomás el Mellizo, Natanael de Caná de Galilea, los hijos del Zebedeo y otros dos discípulos. (Evangelio según San Juan 21, 2)
Escuchen lo que sucederá en los últimos días, dice Dios: derramaré mi Espíritu sobre cualesquiera que sean los mortales. Sus hijos e hijas profetizarán, los jóvenes tendrán visiones y los ancianos tendrán sueños proféticos. (Hecho de los Apóstoles 2, 17)
Porque el don de Dios es para ustedes y para sus hijos, y también para todos aquellos a los que el Señor, nuestro Dios, quiera llamar, aun cuando se hayan alejado.» (Hecho de los Apóstoles 2, 39)