Znaleziono 244 Wyniki dla: lavar los pies
Y si en algún lugar no los reciben ni los escuchan, no se alejen de allí sin haber sacudido el polvo de sus pies: con esto darán testimonio contra ellos.» (Evangelio según San Marcos 6, 11)
Una mujer, cuya hija estaba en poder de un espíritu malo, se enteró de su venida y fue en seguida a arrodillarse a sus pies. (Evangelio según San Marcos 7, 25)
pues es mejor para ti entrar cojo en la vida que ser arrojado con los dos pies a la gehenna. (Evangelio según San Marcos 9, 45)
Porque el mismo David dijo, hablando por el Espíritu Santo: Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi derecha hasta que ponga a tus enemigos debajo de tus pies. (Evangelio según San Marcos 12, 36)
En aquel pueblo había una mujer conocida como una pecadora; al enterarse de que Jesús estaba comiendo en casa del fariseo, tomó un frasco de perfume, se colocó detrás de él, a sus pies, (Evangelio según San Lucas 7, 37)
y se puso a llorar. Sus lágrimas empezaron a regar los pies de Jesús y ella trató de secarlos con su cabello. Luego le besaba los pies y derramaba sobre ellos el perfume. (Evangelio según San Lucas 7, 38)
Y volviéndose hacia la mujer, dijo a Simón: «¿Ves a esta mujer? Cuando entré en tu casa, no me ofreciste agua para los pies, mientras que ella me ha lavado los pies con sus lágrimas y me los ha secado con sus cabellos. (Evangelio según San Lucas 7, 44)
Tú no me has recibido con un beso, pero ella, desde que entró, no ha dejado de cubrirme los pies de besos. (Evangelio según San Lucas 7, 45)
Tú no me ungiste la cabeza con aceite; ella, en cambio, ha derramado perfume sobre mis pies. (Evangelio según San Lucas 7, 46)
Al ver a Jesús se puso a gritar y se echó a sus pies. Le decía a voces: «¿Qué quieres conmigo, Jesús, hijo del Dios Altísimo? Te lo ruego, no me atormentes.» (Evangelio según San Lucas 8, 28)
La gente salió a ver qué había pasado y llegaron a donde estaba Jesús. Encontraron junto a él al hombre del que habían salido los demonios, sentado a sus pies, vestido y en su sano juicio. Todos se asustaron. (Evangelio según San Lucas 8, 35)
En esto se presentó un hombre, llamado Jairo, que era dirigente de la sinagoga. Cayendo a los pies de Jesús, le suplicaba que fuera a su casa, (Evangelio según San Lucas 8, 41)