Znaleziono 1412 Wyniki dla: formación del hombre

  • Al único inmortal, al que habita en la luz inaccesible a quien ningún hombre ha visto ni puede ver, a él honor y poder por siempre jamás. ¡Amén! (1º Carta a Timoteo 6, 16)

  • Así el hombre de Dios se hace un experto y queda preparado para todo trabajo bueno. (2º Carta a Timoteo 3, 17)

  • Al contrario, que reciba con facilidad en su casa, que sea amigo del bien, hombre de buen juicio, justo, piadoso, dueño de sí mismo. (Carta a Tito 1, 8)

  • Alguien dijo en algún lugar: ¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él, el Hijo del hombre para que lo tomes en cuenta? (Carta a los Hebreos 2, 6)

  • ¡Imagínense quién puede ser este hombre al que nuestro antepasado Abrahán entrega la décima parte del botín! (Carta a los Hebreos 7, 4)

  • Y aquí Melquisedec, que no tiene nada que ver con los hijos de Leví, cobra de Abrahán el diezmo y después bendice a Abrahán, el hombre de las promesas de Dios; (Carta a los Hebreos 7, 6)

  • Por eso de este hombre únicamente, ya casi impotente, nacieron descendientes tan numerosos como las estrellas del cielo, e innumerables como los granos de arena de las orillas del mar. (Carta a los Hebreos 11, 12)

  • Feliz el hombre que soporta pacientemente la prueba, porque, después de probado, recibirá la corona de vida que el Señor prometió a los que lo aman. (Carta de Santiago 1, 12)

  • pues la ira del hombre no realiza la justicia de Dios. (Carta de Santiago 1, 20)

  • El que escucha la palabra y no la practica es como aquel hombre que se miraba en el espejo, (Carta de Santiago 1, 23)

  • Supongamos que entra en su asamblea un hombre muy bien vestido y con un anillo de oro y entra también un pobre con ropas sucias, (Carta de Santiago 2, 2)

  • y ustedes se deshacen en atenciones con el hombre bien vestido. Le dicen: «Tome este asiento, que es muy bueno», mientras que al pobre le dicen: «Quédate de pie», o bien: «Siéntate en el suelo a mis pies». (Carta de Santiago 2, 3)


“O Senhor sempre orienta e chama; mas não se quer segui-lo e responder-lhe, pois só se vê os próprios interesses. Às vezes, pelo fato de se ouvir sempre a Sua voz, ninguém mais se apercebe dela; mas o Senhor ilumina e chama. São os homens que se colocam na posição de não conseguir mais escutar.” São Padre Pio de Pietrelcina