Znaleziono 529 Wyniki dla: espíritu humano

  • El espíritu de Yavé se había apartado de Saúl y un espíritu malo mandado por Yavé lo atormentaba. (1 Samuel 16, 14)

  • Entonces los servidores de Saúl le dijeron: «Sabemos que un espíritu malo de Dios te atormenta. (1 Samuel 16, 15)

  • Si tú, señor, lo permites, nosotros, tus servidores, buscaremos un hombre que sepa tocar la cítara para que cuando te atormente el espíritu malo de Dios, toque y sientas alivio.» (1 Samuel 16, 16)

  • Cuando el espíritu de Dios atormentaba a Saúl, David tocaba la cítara y Saúl encontraba calma y bienestar, y el espíritu malo se apartaba de él. (1 Samuel 16, 23)

  • Al día siguiente, un espíritu malo, venido de Dios, cayó sobre Saúl, que comenzó a delirar en su casa. David, pues, como lo hacía otros días, empezó a tocar la cítara. Saúl tenía una lanza en su mano, (1 Samuel 18, 10)

  • Pero un espíritu malo enviado por Yavé se apoderó nuevamente de Saúl. Estaba sentado en su casa, con su lanza en la mano, y David tocaba la cítara. (1 Samuel 19, 9)

  • Saúl, pues, envió unos soldados para que lo tomaran preso. Ellos vieron a la comunidad de los profetas «profetizando»; es decir, que estaban en trance, con Samuel al frente de ellos. Entonces el espíritu de Yavé se apoderó de los soldados, que también empezaron a profetizar. (1 Samuel 19, 20)

  • Partió hacia allá, pero el espíritu de Yavé se apoderó también de él y fue profetizando hasta su llegada a las Celdas. (1 Samuel 19, 23)

  • Saúl se disfrazó y fue a verla acompañado por dos de sus hombres. Llegaron por la noche donde la mujer y Saúl le dijo: «Consulta al espíritu del que yo te diga.» (1 Samuel 28, 8)

  • El Espíritu de Yavé habla por mí, su palabra está en mi lengua. (2 Samuel 23, 2)

  • Dame, pues, a mí, tu servidor, un espíritu atento, para gobernar bien a tu pueblo y para decidir entre lo bueno y lo malo, porque si no, ¿cómo podría gobernar este pueblo tan grande?» (1 Reyes 3, 9)

  • Yavé concedió a Salomón una sabiduría e inteligencia excepcionales, y un espíritu tan amplio como las arenas del mar. (1 Reyes 4, 29)


“Vive-se de fé, não de sonhos.” São Padre Pio de Pietrelcina