Znaleziono 227 Wyniki dla: envió

  • Moisés envió espías a Yazer. Los Israelitas se apoderaron de esa ciudad y de sus aldeas y expulsaron a los amoritas que estaban allí. (Números 21, 32)

  • Balac envió de nuevo a otros jefes más numerosos y más ilustres que los primeros. (Números 22, 15)

  • Balac sacrificó bueyes y ovejas y envió parte del sacrificio a Balaam y a los jefes que habían venido con éste. (Números 22, 40)

  • Josué entonces envió unos mensajeros, que corrieron a la tienda de Acán y encontraron el botín en la tienda, y la plata debajo. (Josué 7, 22)

  • Josué, pues, salió con todos sus guerreros para asaltar Hay. Después, eligió treinta mil hombres, todos guerreros valientes, y los envió de noche. (Josué 8, 3)

  • Así los envió Josué y ellos fueron al lugar de la emboscada, quedándose entre Betel y Hay, al oeste de la ciudad, mientras Josué dormía esa noche en medio de toda su gente. (Josué 8, 9)

  • En vista de esto, Adonisedec envió a decir a Oham, rey de Hebrón; a Faram, rey de Jerimot; a Jafia, rey de Laquis, y a Dabir, rey de Eglón: (Josué 10, 3)

  • Cuando Yabín, rey de Jasor, supo todo esto, envió embajadores a Jobal, rey de Madom, al rey de Simerón, al rey de Acsaf, (Josué 11, 1)

  • «Tú sabes lo que Yavé le dijo a Moisés, hombre de Dios, a mi respecto en Cadés-Barné. Yo tenía cuarenta años cuando Moisés me envió desde Cadés-Barné a explorar la tierra, y yo le informé sinceramente. (Josué 14, 7)

  • Envió mensajeros por todo el territorio de Manasés, que se unió a él, e igualmente la gente de Aser, Zabulón y Neftalí, que le salieron al encuentro. (Jueces 6, 35)

  • Pero Yavé envió un espíritu de discordia entre Abimelec y los señores de Siquem; y entonces los señores de Siquem traicionaron a Abimelec. (Jueces 9, 23)

  • Envió mensajeros donde Abimelec en secreto para decirle: «Mira que Gaal, hijo de Obed, ha llegado con sus hermanos a Siquem y está sublevando a la ciudad contra ti. (Jueces 9, 31)


“Queira o dulcíssimo Jesus conservar-nos na Sua graça e dar-nos a felicidade de sermos admitidos, quando Ele quiser, no eterno convívio…” São Padre Pio de Pietrelcina