Znaleziono 179 Wyniki dla: aceite

  • el candelabro de oro puro con sus lámparas, todos los utensilios y el aceite del alumbrado; (Exodo 39, 37)

  • «Cuando alguien ofrezca a Yavé una ofrenda, ésta consistirá en flor de harina, sobre la que derramará aceite y pondrá incienso. (Levítico 2, 1)

  • La llevará a los hijos de Aarón, a los sacerdotes; el sacerdote tomará un puñado de harina con aceite y todo el incienso; luego lo quemará en el altar para que Dios se acuerde de aquel que ofrece. Es un sacrificio por el fuego de calmante aroma para Yavé. (Levítico 2, 2)

  • Cuando quieras ofrecer alguna masa cocida al horno, será de flor de harina en panes sin levadura amasados con aceite, o en tortas sin levadura untadas de aceite. (Levítico 2, 4)

  • Si ofreces alguna masa preparada en la parrilla, ésta deberá ser de flor de harina amasada con aceite, sin levadura. (Levítico 2, 5)

  • La partirás en trozos y le echarás aceite, pues es una ofrenda. (Levítico 2, 6)

  • Si presentas una ofrenda preparada en sartén, ésta será de flor de harina con aceite. (Levítico 2, 7)

  • Echarás por encima aceite e incienso, por ser una ofrenda. (Levítico 2, 15)

  • El sacerdote quemará en tu nombre parte del grano molido y del aceite, con todo el incienso. Es un sacrificio por el fuego para Yavé. (Levítico 2, 16)

  • Si a esta persona tampoco le alcanza para ofrecer dos tórtolas o dos pichones, ofrecerá por su pecado, para que se le perdone, una décima parte de flor de harina. No le pondrá aceite, ni pondrá encima incienso, pues es ofrenda por el pecado. (Levítico 5, 11)

  • El sacerdote tomará de la ofrenda un puñado de flor de harina mezclada con aceite y todo el incienso que haya puesto encima, y lo quemará en el altar para Yavé en nombre del que la ofreció. (Levítico 6, 8)

  • La freirán en aceite, en una sartén, y la ofrecerás caliente; presentarás los pedacitos fritos como ofrenda de calmante olor para Yavé. (Levítico 6, 14)


“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina