Znaleziono 72 Wyniki dla: Tiro

  • y fue a sentarse a la distancia de un tiro de arco, pues pensó: «Al menos no veré morir a mi hijo.» Como se alejara para sentarse, el niño se puso a llorar a gritos. (Génesis 21, 16)

  • Dijo Yavé: «Tíralo al suelo.» Lo tiró al suelo, y se convirtió en una serpiente: Moisés dio un salto atrás. (Exodo 4, 3)

  • o si le tiró sin verlo una piedra, sin tenerle enemistad ni querer dañarlo, y el otro muere, (Números 35, 23)

  • dan vuelta hacia Rama hasta la ciudad fortaleza de Tiro; de ahí vuelven a Hosa, terminando en el mar junto al Majleb y Acziba; (Josué 19, 29)

  • Cuando terminó de hablar, tiró la quijada; por eso se llamó aquel lugar Ramat-Lejí. (Jueces 15, 17)

  • En toda esta tropa había setecientos hombres valientes, todos zurdos, capaces de lanzar una piedra con la honda contra un cabello, sin errar el tiro. (Jueces 20, 16)

  • éste metió rápidamente su mano en la bolsa, sacó la piedra y se la tiró con la honda. La piedra alcanzó al filisteo, hundiéndosele en la frente. Este cayó de bruces al suelo. (1 Samuel 17, 49)

  • Hiram, rey de Tiro, envió a sus carpinteros y canteros con madera de cedro y construyeron una casa para David. (2 Samuel 5, 11)

  • alcanzaron la fortaleza de Tiro y todas las ciudades de los jeveos y cananeos y terminaron en el Negueb de Judá, en Bersebá. (2 Samuel 24, 7)

  • Hiram, rey de Tiro, envió sus servidores a Salomón, porque oyó que había sido ungido rey en lugar de su padre; Hiram había sido siempre amigo de David. (1 Reyes 5, 1)

  • El rey Salomón mandó a buscar a Hiram de Tiro. Este era hijo de una viuda de la tribu de Neftalí, pero su padre era de Tiro y artesano en bronce. (1 Reyes 7, 13)

  • Hiram, rey de Tiro, había proporcionado a Salomón madera de cedro y de ciprés y todo el oro que necesitó. Al cabo de ese tiempo, Salomón le dio veinte pueblos en la tierra de Galilea. (1 Reyes 9, 11)


“A pessoa que nunca medita é como alguém que nunca se olha no espelho e, assim, não se cuida e sai desarrumada. A pessoa que medita e dirige seus pensamentos a Deus, que é o espelho de sua alma, procura conhecer seus defeitos, tenta corrigi-los, modera seus impulsos e põe em ordem sua consciência.” São Padre Pio de Pietrelcina