Znaleziono 174 Wyniki dla: Juan

  • En aquellos días, Matatías, hijo de Juan, sacerdote de la familia de Jarib, abandonó Jerusalén y fue a establecerse en Modín. (1 Macabeos 2, 1)

  • Tenía cinco hijos: Juan, por sobrenombre Gaddis; (1 Macabeos 2, 2)

  • Judas, pues, envió a Roma a Eupolemo, hijo de Juan, y a Jasón, hijo de Eleazar, encargándoles la misión de concertar con los romanos una alianza de amistad. (1 Macabeos 8, 17)

  • (Jonatán había enviado a su hermano Juan como encargado del pueblo para rogar a los nabateos, sus amigos, que guardaran en depósito su equipaje, que era mucho. (1 Macabeos 9, 35)

  • Pero los descendientes de Jambri y la gente de Madaba se apoderaron de Juan con cuanto llevaba y se marcharon llevándose el botín. (1 Macabeos 9, 36)

  • Entonces se acordaron del asesinato de su hermano Juan y subieron a esconderse en el cerro. (1 Macabeos 9, 38)

  • Juan, hijo de Simón, era ya hombre; su padre lo nombró general en jefe de todas las tropas y Juan se estableció en Gazara. (1 Macabeos 13, 54)

  • Por entonces salió Juan de Gazer para contar a Simón, su padre, cuanto hacía Cendebeo. (1 Macabeos 16, 1)

  • Entonces Simón llamó a sus hijos mayores, Juan y Judas, y les dijo: «Yo, mis hermanos y familia de mi padre, hemos luchado desde nuestra juventud hasta hoy contra los enemigos de Israel y, gracias a nosotros, se consiguió muchas veces liberar a Israel. (1 Macabeos 16, 2)

  • Un torrente se interponía entre ellos, y Juan con sus tropas acampó frente a ellos. Sus tropas tenían miedo de pasar el torrente; entonces lo pasó él primero, y sus hombres, al verlo, pasaron detrás de él. (1 Macabeos 16, 6)

  • Entonces, cayó herido Judas, el hermano de Juan. Pero Juan los persiguió hasta que Cendebeo entró en Cedrón, que había fortificado. (1 Macabeos 16, 9)

  • Fueron también a refugiarse en las torres que hay por los campos de Azoto, pero Juan les prendió fuego, pereciendo unos dos mil enemigos. Después de esto, Juan volvió sano y salvo a Judea. (1 Macabeos 16, 10)


“A cada vitória sobre o pecado corresponde um grau de glória eterna”. São Padre Pio de Pietrelcina