Znaleziono 1393 Wyniki dla: Dan

  • La sangre de chivos y de toros y la ceniza de ternera, con la que se rocía a los que tienen alguna culpa, les dan tal vez una santidad y pureza externa, (Carta a los Hebreos 9, 13)

  • Pero no, cada año estos sacrificios recuerdan sus pecados; (Carta a los Hebreos 10, 3)

  • Por eso no pierdan ahora su resolución, que tendrá una recompensa grande. (Carta a los Hebreos 10, 35)

  • a la asamblea en fiesta de los primeros ciudadanos del cielo; a Dios, juez universal, al que rodean los espíritus de los justos que ya alcanzaron su perfección; (Carta a los Hebreos 12, 23)

  • No se olviden de compartir y de hacer el bien, pues tales sacrificios son los que agradan a Dios. (Carta a los Hebreos 13, 16)

  • Saluden a todos sus dirigentes y a todos los santos hermanos nuestros. Los de Italia los saludan. (Carta a los Hebreos 13, 24)

  • Entiendan, pues, que uno llega a la verdadera rectitud a través de las obras y no sólo por la fe. (Carta de Santiago 2, 24)

  • Y ustedes, maridos, sean a su vez comprensivos en la vida en común. Sabiendo que sus compañeras son seres más delicados, y que ambos comparten la gracia que lleva a la vida, eviten las amenazas. Este será un buen medio para que Dios escuche lo que ustedes le pidan. (1º Carta de Pedro 3, 7)

  • Y ¿quién podrá hacerles daño si se esfuerzan en hacer el bien? (1º Carta de Pedro 3, 13)

  • Queridos hermanos, no se sorprendan por el fuego que ha prendido en medio de ustedes para ponerlos a prueba. No es algo insólito lo que les sucede. (1º Carta de Pedro 4, 12)

  • Así como hubo falsos profetas en el pueblo de Israel, también entre ustedes habrá falsos maestros. Introducirán novedades dañinas, pero sin tardar se perderán por renegar del Maestro que los rescató. (2º Carta de Pedro 2, 1)

  • El Señor no se demora en cumplir su promesa, como algunos dicen, sino que es generoso con ustedes, y no quiere que se pierdan algunos, sino que todos lleguen a la conversión. (2º Carta de Pedro 3, 9)


“O medo excessivo nos faz agir sem amor, mas a confiança excessiva não nos deixa considerar o perigo que vamos enfrentar”. São Padre Pio de Pietrelcina