Znaleziono 930 Wyniki dla: �Quién

  • Soy yo, Pablo en persona, quien les suplica por la mansedumbre y bondad de Cristo; ¡ese Pablo tan humilde entre ustedes y tan intrépido cuando está lejos! (2º Carta a los Corintios 10, 1)

  • Pues no queda aprobado el que se recomienda a sí mismo, sino aquel a quien el Señor recomienda. (2º Carta a los Corintios 10, 18)

  • ¿Quién vacila que yo no vacile con él? ¿Quién se viene abajo sin que un fuego me devore? (2º Carta a los Corintios 11, 29)

  • ¿Con quien tratamos de conciliarnos?, ¿con los hombres o con Dios? ¿Acaso tenemos que agradar a los hombres? Si tratara de agradar a los hombres, ya no sería siervo de Cristo. (Carta a los Gálatas 1, 10)

  • y ahora no vivo yo, es Cristo quien vive en mí. Todo lo que vivo en lo humano lo vivo con la fe en el Hijo de Dios, que me amó y se entregó por mí. (Carta a los Gálatas 2, 20)

  • Entonces, ¿para qué la Ley? Fue añadida con miras a las desobediencias; pero solamente valía hasta que llegara ese descendiente de Abrahán para quien era la promesa, y fueron ángeles los que la concertaron, haciendo de mediador Moisés (Carta a los Gálatas 3, 19)

  • Ustedes caminaban bien, ¿quién les dio la señal de detenerse, para que ahora no sigan la verdad? (Carta a los Gálatas 5, 7)

  • Tengo la convicción en el Señor de que piensan como yo, pero el que los perturba, sea quien fuere, debe ser juzgado. (Carta a los Gálatas 5, 10)

  • Cada uno de nosotros ha recibido su talento y Cristo es quien fijó la medida de sus dones para cada uno. (Carta a los Efesios 4, 7)

  • Siervos, obedezcan a sus patrones de este mundo con respeto y responsabilidad, con corazón sincero, como quien obedece a Cristo. (Carta a los Efesios 6, 5)

  • quien también ha venido a recordarme el cariño que me tienen en el Espíritu. (Carta a los Colosenses 1, 8)

  • En efecto, ¿quién sino ustedes es nuestra esperanza, nuestra alegría y la corona de la que nos sintiremos orgullosos ante Jesús, nuestro Señor, cuando venga? (1º Carta a los Tesalonicenses 2, 19)


“O temor e a confiança devem dar as mãos e proceder como irmãos. Se nos damos conta de que temos muito temor devemos recorrer à confiança. Se confiamos excessivamente devemos ter um pouco de temor”. São Padre Pio de Pietrelcina