Sirácides (Eclesiástico), 2
17. Los que temen al Señor tienen su corazón preparado; se humillan ante él y dicen: "¡Pongámonos en las manos del Señor más bien que en las de los hombres, pues su misericordia no es menos que su poder!"
17. Los que temen al Señor tienen su corazón preparado; se humillan ante él y dicen: "¡Pongámonos en las manos del Señor más bien que en las de los hombres, pues su misericordia no es menos que su poder!"
“Tenhamos sempre horror ao pecado mortal e nunca deixemos de caminhar na estrada da santa eternidade.” São Padre Pio de Pietrelcina