4. ¡Oh habitantes de Judá y de Jerusalén, circuncídense por Yavé y purifiquen sus corazones, no sea que mi ira se propague como el fuego y arda, sin que nadie pueda apagarla, a causa de sus malas acciones!»





“Vive-se de fé, não de sonhos.” São Padre Pio de Pietrelcina