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Ezequiel, 37

9. Entonces me dijo: "¡Profetiza, hijo de hombre, llama al Espíritu! Dirás al Espíritu: Esto dice Yavé:¡ Espíritu, ven desde los cuatro vientos, sopla sobre estos muertos para que vivan!

Wersety związane z Ezequiel, 37:

El Capítulo 37 de Ezequiel habla sobre la visión de Ezequiel sobre el valle de los huesos secos y cómo Dios los revive. También habla sobre cómo Dios unirá a las tribus de Israel y las traerá de vuelta a su tierra. A continuación hay cinco versos relacionados con los temas cubiertos en este capítulo:

Jeremías 32:27: "He aquí, yo soy el Señor, el Dios de toda carne; ¿hay algo imposible para mí?" Este versículo muestra el poder y la capacidad de Dios para realizar milagros, como llevar la vida a los huesos secos y unir tribus distantes.

Salmo 126:4: "Restaurarnos, oh Señor, como las cadenas en el sur". Este salmo habla sobre la restauración de Israel y cómo Dios puede traer de nuevo alegría y prosperidad a su pueblo.

Isaías 11:12: "Levantará un estándar para las naciones, reunirá los exiliados de Israel y reunirá a los dispersos de Judá de las cuatro esquinas de la tierra". Este versículo habla sobre cómo Dios unirá a las tribus de Israel y las traerá de vuelta a la tierra.

Ezequiel 34:23: "Estableceré un solo pastor sobre ellos, que será alimentado; mi sirviente David será su pastor. Él los cuidará y será su pastor". Este versículo habla sobre cómo Dios establecerá un líder justo para guiar a su pueblo y cuán importante es esto para su restauración.

Juan 11:25: "Jesús le dijo: Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, a pesar de que muere, vivirá". Este versículo habla sobre la promesa de Jesús de darle vida eterna a quienes creen en él, reforzando la idea de que Dios puede traer vida incluso a los huesos secos y muertos.





“Dirás tu o mais belo dos credos quando houver noite em redor de ti, na hora do sacrifício, na dor, no supremo esforço duma vontade inquebrantável para o bem. Este credo é como um relâmpago que rasga a escuridão de teu espírito e no seu brilho te eleva a Deus”. São Padre Pio de Pietrelcina