4. La mujer vestía ropas de púrpura y escarlata, y resplandecía de oro, piedras preciosas y perlas. Tenía en la mano una copa de oro llena de cosas repugnantes, que eran las impurezas y la lujuria de la tierra entera.





“Nunca se canse de rezar e de ensinar a rezar.” São Padre Pio de Pietrelcina