Josué, 8
19. Tan pronto como extendió la mano, los emboscados surgieron rápidemente de su puesto, corrieron y entraron en la ciudad, se apoderaron de ella y a toda prisa la incendiaron.
19. Tan pronto como extendió la mano, los emboscados surgieron rápidemente de su puesto, corrieron y entraron en la ciudad, se apoderaron de ella y a toda prisa la incendiaron.
“Agradeça sempre ao Pai eterno por sua infinita misericórdia”. São Padre Pio de Pietrelcina