45. Con aliento todavía y enardecido su ánimo, se levantó derramando sangre a torrentes; a pesar de las graves heridas, atravesó corriendo por entre las tropas, y se puso sobre una roca escarpada.





“As almas! As almas! Se alguém soubesse o preço que custam”. São Padre Pio de Pietrelcina