Bíblia Católica
 

I Macabeos, 3

41. Los mercaderes de la región, que oyeron hablar de ellos, tomaron grandes sumas de plata y oro, además de grilletes, y se fueron al campamento con intención de adquirir como esclavos a los hijos de Israel. Se les unió también una fuerza de Idumea y del país de los filisteos.

Versículos relacionados com I Macabeos, 3:

1 Macabeos 3 narra las primeras victorias de Judas Macabeu contra las fuerzas griegas, que intentaron imponer su cultura y religión al pueblo judío. El capítulo describe la organización del Ejército de Judas y sus estrategias de batalla. Los siguientes son cinco versículos relacionados con los temas abordados en 1 Macabeos 3:

Deuteronomio 20:4: "Para el Señor, tu Dios, te acompañará y luchará por ti contra tus enemigos para darte la victoria". Este versículo habla sobre la ayuda divina en la lucha contra los enemigos y muestra la importancia de la fe en Dios en tiempos de guerra.

Joshua 1:9: "¿No te he ordenado? ¡Sea fuerte y valiente! No se aterrorice o desanime, porque el Señor, su Dios, estará con usted donde caminas". Estas palabras de Dios a Joshua muestran la importancia del coraje y la confianza en Dios en la lucha contra enemigos poderosos.

2 Crónicas 20:15: "No tengas miedo o desanimado debido a este vasto ejército. Porque la batalla no es tuya, sino de Dios". Este pasaje muestra que Dios es el verdadero comandante en tiempos de guerra y que la victoria le pertenece.

Proverbios 21:31: "El caballo está preparado para el día de la batalla, pero la victoria proviene del Señor". Este pasaje muestra la importancia de la preparación para la guerra, pero también que la victoria depende de la ayuda divina.

Efesios 6:11: "Ven toda la armadura de Dios para que puedan ser firmes contra las trampas del diablo". Este pasaje habla sobre la importancia de la protección divina en la batalla espiritual y muestra que la lucha contra las fuerzas del mal requiere una armadura espiritual.





“É difícil tornar-se santo. Difícil, mas não impossível. A estrada da perfeição é longa, tão longa quanto a vida de cada um. O consolo é o repouso no decorrer do caminho. Mas, apenas restauradas as forças, é necessário levantar-se rapidamente e retomar a viagem!” São Padre Pio de Pietrelcina