14. Pero ambos volvieron sobre sus pasos y se encontraron de nuevo en el mismo sitio. Preguntándose entonces mutuamente el motivo, se confesaron su pasión y acordaron buscar el momento en que pudieran sorprender a Susana a solas.





“As almas! As almas! Se alguém soubesse o preço que custam”. São Padre Pio de Pietrelcina