Proverbios, 8
34. Dichoso el hombre que me escucha velando ante mi puerta cada día, guardando las jambas de mi entrada.
34. Dichoso el hombre que me escucha velando ante mi puerta cada día, guardando las jambas de mi entrada.
“Mesmo quando perdemos a consciência deste mundo, quando parecemos já mortos, Deus nos dá ainda uma chance de entender o que é realmente o pecado, antes de nos julgar. E se entendemos corretamente, como podemos não nos arrepender?” São Padre Pio de Pietrelcina