4. y el capullo marchito, gala de su adorno, que está en el cabezo del valle fértil; y serán como la breva que precede al verano, que, en cuanto la ve uno, la toma con la mano y se la come.





“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina