Hebreos, 12

La Biblia de Jerusalén

1 Por tanto, también nosotros, teniendo en torno nuestro tan gran nube de testigos, sacudamos todo lastre y el pecado que nos asedia, y corramos con fortaleza la prueba que se nos propone,

2 fijos los ojos en Jesús, el que inicia y consuma la fe, el cual, en lugar del gozo que se le proponía, soportó la cruz sin miedo a la ignominia y está sentado a la diestra del trono de Dios.

3 Fijaos en aquel que soportó tal contradicción de parte de los pecadores, para que no desfallezcáis faltos de ánimo.

4 No habéis resistido todavía hasta llegar a la sangre en vuestra lucha contra el pecado.

5 Habéis echado en olvido la exhortación que como a hijos se os dirije: Hijo mío, no menosprecies la corrección del Señor; ni te desanimes al ser reprendido por él.

6 Pues a quien ama el Señor, le corrige; y azota a todos los hijos que acoge.

7 Sufrís para corrección vuestra. Como a hijos os trata Dios, y ¿qué hijo hay a quien su padre no corrige?

8 Mas si quedáis sin corrección, cosa que todos reciben, señal de que sois bastardos y no hijos .

9 Además, teníamos a nuestros padres según la carne, que nos corregían, y les respetábamos. ¿No nos someteremos mejor al Padre de los espíritus para vivir?

10 ¡Eso que ellos nos corregían según sus luces y para poco tiempo!; mas él, para provecho nuestro, en orden a hacernos partícipes de su santidad.

11 Cierto que ninguna corrección es de momento agradable, sino penosa; pero luego produce fruto apacible de justicia a los ejercitados en ella.

12 Por tanto, levantad las manos caídas y las rodillas entumecidas

13 y enderezad para vuestros pies los caminos tortuosos, para que el cojo no se descoyunte, sino que más bien se cure.

14 Procurad la paz con todos y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.

15 Poned cuidado en que nadie se vea privado de la gracia de Dios; en que ninguna raíz amarga retoñe ni os turbe y por ella llegue a inficionarse la comunidad.

16 Que no haya ningún fornicario o impío como Esaú, que por una comida vendió su primogenitura.

17 Ya sabéis cómo luego quiso heredar la bendición; pero fue rechazado y no logró un cambio de parecer, aunque lo procuró con lágrimas.

18 No os habéis acercado a una realidad sensible: fuego ardiente, oscuridad, tinieblas, huracán,

19 sonido de trompeta y a un ruido de palabras tal, que suplicaron los que lo oyeron no se les hablara más.

20 Es que no podían soportar esta orden: El que toque el monte, aunque sea un animal, será lapidado.

21 Tan terrible era el espectáculo, que el mismo Moisés dijo: Espantado estoy y temblando.

22 Vosotros, en cambio, os habéis acercado al monte Sión, a la ciudad de Dios vivo, la Jerusalén celestial, y a miríadas de ángeles, reunión solemne

23 y asamblea de los primogénitos inscritos en los cielos, y a Dios, juez universal, y a los espíritus de los justos llegados ya a su consumación,

24 y a Jesús, mediador de una nueva Alianza, y a la aspersión purificadora de una sangre que habla mejor que la de Abel.

25 Guardaos de rechazar al que os habla; pues si los que rechazaron al que promulgaba los oráculos desde la tierra no escaparon al castigo, mucho menos nosotros, si volvemos la espalda al que nos habla desde el cielo.

26 Su voz conmovió entonces la tierra. Mas ahora hace esta promesa: Una vez más haré yo que se estremezca no sólo la tierra, sino también el cielo.

27 Estas palabras, una vez más, quieren decir que las cosas conmovidas se cambiarán, ya que son realidades creadas, a fin de que permanezcan las inconmovibles.

28 Por eso, nosotros que recibimos un reino inconmovible, hemos de mantener la gracia y, mediante ella, ofrecer a Dios un culto que le sea grato, con religiosa piedad y reverencia,

29 pues nuestro Dios es fuego devorador.




Versículos relacionados com Hebreos, 12:

Hebreos 12 trata la importancia de la disciplina divina en la vida de los creyentes, que deben perseverar en la fe y no desviarse del camino de la justicia. El capítulo también destaca la importancia de la paz y la santidad en nuestras vidas, así como la necesidad de estar agradecido por el gran sacrificio de Jesucristo en la cruz. A continuación hay cinco versos que abordan estos temas:

Isaías 35:8: "Y habrá una manera, un camino que se llamará el camino Santo; el sucio no lo pasará, sino que será para aquellos. Los caminantes, incluso los tontos, no se equivocarán". Este versículo destaca la importancia de la santidad y la pureza en nuestras vidas, que debe ser característica de todos los que siguen el camino sagrado de Dios.

Salmo 34:14: "Se desvía del mal y hace el bien; busca la paz y sígala". Este versículo nos recuerda la importancia de la paz en nuestras vidas y cómo debemos esforzarnos por cultivarlo en nuestras relaciones con los demás.

Proverbios 3:11-12: "Mi hijo, no desprecie la disciplina del Señor, ni se desanime cuando te reprende. Por el Señor disciplinas a quienes ama, tal como el Padre le hace al Hijo a quien quiere bien. " Este versículo nos recuerda la importancia de la disciplina divina en nuestras vidas y cómo puede ayudarnos a crecer y madurar en nuestra fe.

Filipenses 4:6-7: "No tengan ansiosos por nada, sino en todo, por la oración y la súplica con el Día de Acción de Gracias, presente sus peticiones a Dios. Y la paz de Dios, que excede todo comprensión, los mantendrá en sus corazones y su mentes en Cristo Jesús ". Este versículo destaca la importancia de estar agradecido en todas las circunstancias y buscar la paz de Dios en nuestras vidas.

1 Pedro 2:21: "Porque por esto te llamaron, porque Cristo ha sufrido por ti, dejándote el ejemplo, para que puedas seguir tus pasos". Este versículo destaca la importancia de seguir el ejemplo de Cristo en nuestras vidas y esforzarse por vivir una vida que honra a Dios.


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