Habacuc, 3

La Biblia de Jerusalén

1 Oración del profeta Habacuc, en el tono de las lamentaciones.

2 ¡Yahveh, he oído tu fama, tu obra venero, Yahveh! ¡En medio de los años hazla revivir en medio de los años dala a conocer, aun en la ira acuérdate de tener compasión!

3 Viene Dios de Temán, el Santo, del monte Parán. Su majestad cubre los cielos, de su gloria está llena la tierra.

4 Su fulgor es como la luz, rayos tiene que saltan de su mano, allí se oculta su poder.

5 Delante de él marcha la peste, sale la fiebre tras sus pasos.

6 Se planta él y hace temblar la tierra, mira y hace estremecerse a las naciones; se desmoronan los montes eternos, se hunden los collados antiguos, ¡sus caminos de siempre!

7 En desgracia he visto las tiendas de Kusán, se estremecen los pabellones de Madián.

8 ¿Contra los ríos arde tu cólera, Yahveh, contra el mar tu furor, para que montes en tus caballos, en tus carros de victoria?

9 Tú desnudas tu arco, sacias su cuerda de saetas. De ríos surcas tú la tierra;

10 te ven y se espantan los montes, un diluvio de agua pasa, el abismo deja oír su voz. En alto levanta sus manos

11 el sol, la luna se detiene en su sitio, a la luz de tus saetas que parten, al fulgor del centellear de tu lanza.

12 Con furia atraviesas la tierra, con cólera pisoteas las naciones.

13 Tú sales a salvar a tu pueblo, a salvar a tu ungido. Estrellas la cabeza de la casa del impío, desnudas sus cimientos hasta el cuello.

14 Traspasas con tus dardos la cabeza de sus nobles que se lanzaban para dispersarnos con su estrépito, como si fuesen a devorar al desdichado en su escondrijo.

15 Tú surcas el mar con tus caballos, el borbotar de las inmensas aguas.

16 ¡He oído y mis entrañas se estremecen, a esa voz titubean mis labios, penetra la caries en mis huesos, bajo mí tiemblan mis pasos! Tranquilo espero el día de la angustia, que va a subir sobre el pueblo que nos asalta.

17 (Pues la higuera no volverá a echar brotes, ni habrá que recoger en las viñas. Fallará la cosecha del olivo, los campos no darán alimento, faltará el ganado menor en el aprisco, no habrá ganado mayor en los establos.)

18 ¡Mas yo en Yahveh exultaré, jubilaré en el Dios de mi salvación!

19 Yahveh mi señor es mi fuerza, él me da pies como los de ciervas, y por las alturas me hace caminar. Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda.




Versículos relacionados com Habacuc, 3:

El capítulo 3 de Habacuc es una oración del Profeta, en la que expresa su confianza en Dios, incluso frente a las dificultades y adversidades que enfrentaba el pueblo de Judá. Reconoce la grandeza y el poder de Dios y le pide que intervenga para salvar a su pueblo. A continuación hay cinco versos de otros libros bíblicos que se relacionan con los temas cubiertos en Habacuc 3:

Salmo 18:2: "El Señor es mi roca, mi fortaleza y mi liberador; mi Dios es mi roca, en quien me refugio. Él es mi escudo y el poder que me salva, mi torre". Este versículo habla de confianza en Dios como protector y salvador, al igual que Habacuc expresó en su oración.

Salmo 46:1: "Dios es nuestro refugio y nuestra fortaleza, ayuda siempre presente en la adversidad". Este versículo refuerza la idea de que Dios es un refugio seguro y constante para aquellos que confían en él, incluso cuando enfrentan dificultades.

Isaías 40:28: "¿No sabes, nunca escuchas? El Señor es el Dios eterno, el creador de toda la tierra. No está cansado ni agotado; su sabiduría es insondable". Este versículo destaca la grandeza y el poder de Dios, temas centrales de la oración de Habacuc.

Salmo 144:5: "Bájate, Señor, de los cielos; toca las colinas, para que puedan fumar". Este versículo solicita a Dios que intervenga en la tierra, justo cuando Habacuc le pide que salve a su pueblo.

Isaías 35:4: "Diga el corazón desanimado: '¡Sé fuerte, no tengas miedo! Vea a tu Dios: Vengue, viene la retribución divina; viene a salvarlos'. Experimentando dificultades, así como Habacuc busca alentar a la gente de Judá en su oración.


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