8. «Vete», le contestó la hija de Faraón. Fue, pues, la joven y llamó a la madre del niño.





“Queira o dulcíssimo Jesus conservar-nos na Sua graça e dar-nos a felicidade de sermos admitidos, quando Ele quiser, no eterno convívio…” São Padre Pio de Pietrelcina