24. Cualquier ciudad, o, en general, cualquier provincia que no se conformare a esto, será implacablemente aniquilada a lanza y fuego, y no sólo será inhabitable para los hombres, sino también odiosa por siempre para las bestias y las aves.»





“O Anjo de Deus não nos abandona jamais.” São Padre Pio de Pietrelcina