17. Mientras tanto, Sísara huyó a pie hasta la carpa de Jael, la esposa de Jéber, el quenita, porque Iabín, rey de Jasor, y el clan de Jéber, el quenita, estaban en buenas relaciones.





“É loucura fixar o olhar no que rapidamente passa”. São Padre Pio de Pietrelcina