Job, 5
18. Porque él hiere, pero venda la herida; golpea, pero sana con sus manos.
18. Porque él hiere, pero venda la herida; golpea, pero sana con sus manos.
“Não nos preocupemos quando Deus põe à prova a nossa fidelidade. Confiemo-nos à Sua vontade; é o que podemos fazer. Deus nos libertará, consolará e enorajará.” São Padre Pio de Pietrelcina