26. Luego el rey ordenó a Ierajmel, hijo del rey, a Seraías, hijo de Azriel, y a Selemías, hijo de Abdel, que apresaran a Baruc, el escriba, y a Jeremías, el profeta. Pero el Señor los mantuvo ocultos.





“Nossa Senhora está sempre pronta a nos socorrer, mas por acaso o mundo a escuta e se emenda?” São Padre Pio de Pietrelcina