7. El artesano anima al orfebre; el que forja a martillo, al que golpea el yunque, diciendo de la soldadura: "¡Está bien!". Luego se sujeta al ídolo con clavos, para que no se tambalee.





“Recorramos a Jesus e não às pessoas, pois só ele nunca nos faltará.” São Padre Pio de Pietrelcina