14. Deportó a todo Jerusalén, a todos los jefes y a toda la gente rica -diez mil deportados- además de todos los herreros y cerrajeros: sólo quedó la gente más pobre del país.





“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina