22. Porque el rey tenía en el mar una flota mercante, junto con la flota de Jirám, y una vez cada tres años las naves llegaban cargadas de oro, plata, marfil, monos y pavos reales.





“Ouço interiormente uma voz que constantemente me diz: Santifique-se e santifique!” São Padre Pio de Pietrelcina