36. En su tiempo y bajo su conducción, se logró expulsar a los extranjeros del país, en especial, a los que se encontraban en la Ciudad de David, en Jerusalén. Allí habían construido una Ciudadela, de la que salían para profanar los alrededores del Santuario causando graves ultrajes a su santidad.





“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina